18 noviembre 2010

Indiferencia.

Puede que ya no sea tan pequeña. O puede que no sea tan mayor como creo. Quizá me falte madurar, o a lo mejor ya lo soy suficiente. Puede que solo sea odio, rencor. Pero, ¿a qué? Será asco. Oír tantas palabras sin ningún sentido, pero de lo más rebuscadas, me provoca asco. Tanta prepotencia sin merecerla no lleva a ninguna parte. Hacerse parecer querido sin serlo, es triste. Hacer ver tener amigos sin tenerlos, es muy triste. Crees ser feliz, porque la gente te sonríe; pero por ser patético, y dar semejante pena, hace que a la gente con educación no le quede otra que sonreírte. Hacer ver quien no eres porque solo así te acepta la gente que te rodea, no te será de beneficio cuando descubran quien eres, porque gente falsa hay mucha, y a todos nos sobra. Deberías saber que lo más bonito que posee una persona es su naturalidad; eso es lo que nos diferencia a unos de otros. Las bromas innecesarias, las miradas con maldad, las risas falsas, las sonrisas forzadas... no llevan a ninguna parte. El ser humano es bonito por ser como es, no por seguir a la manada; por ser especial, por tener algo que no tienen los demás, por pensar de su propio modo, y no por dejarse convencer de las ideas de otros, eso es muy fácil y todos sabemos hacerlo, pero ser ingenioso y pensar por si mismo es algo más complicado que solo las personas especiales que merecen la pena sabemos hacer. No te rías si no quieres reír. De la misma manera, no te enfades si no te quieres enfadar. Orgullo y dignidad son dos términos muy diferentes entre sí. Orgullo es llevar la dignidad a la cabezonería, y dejar el problema inicial de un lado y sin importancia ninguna. Dignidad es respetarse a uno mismo y no dejarse torear por nadie. Siento mucho que no quieras ser especial, porque en algún momento lo fuiste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario